Las 4 causas para la resolución de problemas
Noé Aguirre ∙ 10 min de lectura

En el siguiente ensayo filosófico vamos a definir y analizar detalladamente la teoría de las cuatro causas de Aristóteles y se evaluaran los siguientes puntos para dar con la explicación más precisa posible: Raciocinio de Aristóteles para la teoría, la Causa Material, la Causa Formal, la Causa Eficiente y la Causa Final. Por ultimo repasaremos La problemática de la dualidad Materia-Forma y las Causas del ser humano.
Aristóteles llega a esta teoría de la realización en su razonamiento metafísico a partir de plantearse en que se fundamentaba la estructura de la substancia y del “ser” para que este pudiera ser. Aristóteles llega al principio de la causalidad al concluir que cada cosa artificial es lo mismo que cada cosa natural bajo la teoría de las cuatro causas. Aristóteles argumentaba que, así como la causa artificial, que muchos filósofos venían describiendo desde tiempo atrás, se explicaba adviniendo a ser en virtud de la acción del artífice, las cosas naturales debían ser comprendidas de la misma manera, bajo la especie de la fabricación, algo necesariamente tiene que causar esa fabricación. Considera Aristóteles que se llega a comprender algo cuando se sabe su porqué, por lo tanto, al concebir las cuatro causas consideró que su entendimiento era indispensable para la resolución de problemas. Y es aquí cuando Aristóteles llega a él, desglosé de su teoría enumerando cuatro causas que explican el porqué de determinados asuntos. Las primeras dos causas se consideran intrínsecas ya que constituyen al ser y las otras dos se consideran extrínsecas ya que explican su devenir.
Desde los presocráticos se trató de comprender la composición física de la cual estaban fundamentadas todas las cosas explicando que los principios de la naturaleza eran exclusivamente “naturales” desde su origen hasta su descomposición, y que se denomina Arché. Por ejemplo: Heráclito pensaba en el fuego, Tales de Mileto en el agua, Anaxímenes el aire etc., en cambio Aristóteles pensaba que el Arché no era demostrable per se. Entonces la causa material vendría siendo la sustancia o materia de la cual están hechas las cosas, no siendo la misma en todos los casos.
Utilicemos como ejemplo a partir de aquí una escultura de mármol. Aquí directamente podemos intuir que la Causa Material de la escultura es el mármol. La segunda característica intrínseca es la Causa Formal, Platón habría descrito una premisa similar al plantear que todas las formas puras y verdaderas son originarias del mundo de las ideas y todo lo que percibimos sensorialmente no son más que derivaciones de este. En ese sentido, la Causa Formal para Aristóteles se asimila al plano que tiene el autor de una obra o designio en su mente para poder hacerla posible. Tomando en cuenta el ejemplo de la estatua, habría que responder ¿Qué figura o representación queremos que tenga la estatua? Supongamos que la de un político prominente que es laureado por las proezas dentro de su gestión, entonces la Causa Formal para la estatua sería el modelo físico más parecido a dicho político en forma de mármol. Las causas mencionadas nos describen como es la cosa en si en un determinado momento, más no de dónde surgen como idea y/o como serán, aquí articulamos el pensamiento de Aristóteles mediante las causas extrínsecas descritas previamente. Con todo lo mencionado, el advenimiento de lo que será la materia no puede ser producido por sí misma, Aristóteles cuestiona entonces las potenciales causalidades del movimiento o acción que el ente ya constituido realiza o realizará, así es como llega a La Causa Eficiente o Motriz, que responde el agente, motor o autor de un ente en sí del ¿Quién lo hizo? Y que Aristóteles define como “Aquello de donde procede el movimiento”. Filósofos anteriores a Aristóteles argumentaban que la existencia de dios es la causa de donde se originaba el movimiento del mundo. Continuando con el ejemplo, la Causa Eficiente sería el escultor de la obra, ya que es el quien da el primer paso para que esta sea posible, aquí y de esta manera. Finalmente llegamos con la segunda Causa extrínseca que es la Causa Final. Aristóteles, hasta este punto, contemplando las similitudes de las primeras causas de su teoría con las de otros filósofos, asumió que la Causa Final no habría sido tomada en cuenta hasta que llega a su pensamiento dentro de su teoría. Esta causa responde la pregunta ¿Para qué?, ¿Cuál es el objetivo o meta del ente? Siguiendo con el ejemplo de la estatua podemos llegar a estar inmersos en un serio problema, ya que puede ser analizada para diversas finalidades. Podemos pensar, desde la perspectiva del autor que este hace la estatua para poder expresar un mensaje contundente al mundo, inmortalizar la esencia del político o simplemente con el fin de venderlo, y si fuera ese el caso habría que pensar si el motivo final de la creación del objeto se dirige desde el artífice o del objeto en sí. Supongamos que el artífice de la estatua tiene como objetivo vender la estatua y generar ingresos y el receptor al obtenerlo quiere despertar una remembranza de las grandes acciones emprendidas por el político para que sea tomado como una figura a seguir dentro de su comunidad. Aquí es donde puede cambiar el asunto, ya que la creación puede tomar distintas direcciones, pero en la mayoría de los casos puede ser considerado como principal el propósito inicial del autor. Ahora supongamos que un trabajador en vías de crecimiento hace la propuesta de un proyecto para su empresa, aquí la vertiente personal para el sería aportar un objeto a su comunidad, pero al mismo tiempo ascender de puesto, entonces aquí cumple dos funciones La Causa Final. Por otro lado ¿Qué pasa con los artistas? Siendo que, todo arte implícitamente debe comunicar un mensaje, pero al mismo tiempo generar un modus vivendi. Es aquí entonces cuando podemos notar que hay un poco más de relevancia en la vertiente propia de la creación ya que sin ella no sería posible el eje personal del autor, y por lo tanto debiera ser en definitiva la Causa Final. Aunque Aristóteles admite que no todos los fenómenos cumplen con las cuatro causas. Por ejemplo, las coincidencias no cuentan con una causa final, ya que no ocurren por algún motivo especifico, por eso es lo que precisamente las convierte en coincidencias. Supongamos que un deudor se dirige a un mercado para comprar leche y se encuentra a su acreedor, quien se dirige al mismo mercado para comprar pan, entonces puede aceptar pagar el dinero adeudado de inmediato y aunque tenga un buen resultado no estaba acordado.
Con todo eso, dentro de las dos causas intrínsecas existe una problemática que existe en el siguiente planteamiento. Supongamos que queremos saber cuál es la Causa Material y formal de una flor. Podemos decir que su causa material son los pétalos y el tallo porque es lo que percibimos a simple vista, sin embargo, si analizamos a detalle podemos encontrar que también está la antera, el estilo, los estambres, los sépalos etc., y si un físico cuántico analiza los elementos de una flor podría enumerarte en cantidad abismal múltiples de ellos, entonces ¿Cuál es la verdadera causa material?, todo lo que contribuye a que en conjunto se constituye la forma. Todos los componentes sustanciales que hacen que la flor se vea y actué de cierta manera son los que hacen que la flor sea como es y pueda devenir, por lo tanto, son aquellos los que construyen la materia de la flor. Es un problema similar al que planteábamos acerca de las finalidades de la creación en la Causa Final, y para la Causa Formal ocurre algo semejante ya que, si nos referimos a la forma de una flor, esta tendrá un significante para nosotros, así como para las demás personas, pero la forma trascendental de la flor no es como nuestra subjetividad la interpreta. También porque físicamente analizando las propiedades de cada flor individualmente nos daremos cuenta de que no son las mismas, acorde a la multiplicidad de especies.
Ocurren también problemas inmensos al tratar de encontrar las causas de algunos conceptos específicos. Y encontrar las causas del ser humano no es una excepción. Aquí entramos nuevamente en la problemática abordada en el párrafo anterior para las causas intrínsecas del ser humano, pues ocurren los mismos problemas que con el ejemplo de la flor. El ser humano tiene órganos, piel, huesos y músculos que lo conforman, entonces todos los conjuntos de elementos vienen siendo lo que constituye la Causa Material. La Causa Formal es aún más compleja, pues en el caso de los seres humanos también tienen su concepto general y particularidades propias al ser interpretadas, así como en su devenir en sí mismos. Para hablar de la Causa Eficiente nos referimos directamente al autor de forma habitual, podemos decir que la Causa Eficiente de una canción es el músico, la de un automóvil el fabricante y así sucesivamente, pero ¿Qué pasa cuando nos preguntamos cual es la causa eficiente del ser humano? Para Aristóteles el universo es un conjunto de substancias magníficamente clasificadas, y todo ese conjunto de causas culmina en la idea suprema de Dios, que es a la vez causa primera y causa eficiente y fin último de toda realidad del mundo y del universo. Es el ser que fundamenta cualquier otro ser existente, por lo que es a lo que inmediatamente podemos recurrir cuando nos preguntan la Causa Eficiente del ser humano. Aunque cada ser humano, nacido bajo distintos contextos deberá cumplir algunas funciones específicas de acuerdo a sus circunstancias. Siguiendo entonces la segunda causa extrínseca, ¿Cuál es el objetivo del ser humano? Si bien, dentro del Telos que Aristóteles propone, la Eudaimonia, es una causa final, no un fin entre otros. Pero dicho razonamiento está vinculado directamente a dos conceptos: Ergon y Areté. Aunque la Eudaimonia sea la Causa Final del ser humano, cada uno recorrerá un camino diferente para poder alcanzarlo a través de distintas actividades y metas. El Ergon es la función que le corresponde a un ente por naturaleza, sin embargo, no existe una rigidez sobre el modo en que este ha de ser realizado. Es aquí cuando entra el concepto de Areté, que significa excelencia o perfección. Un ser humano debe de llevar a cabo su Ergon, sin embargo la calidad con la que este desempeñe la actividad es lo que determinara si alcanza el Areté o no. Por ejemplo un buen músico, un músico promedio y un mal músico tienen el mismo Ergon. No obstante el buen músico es el que está más cerca de alcanzar la perfección o Areté. Aristóteles sentencia por medio de las cuatro causas una explicación para comprender la constitución y advenimiento de cada ente particular, así es como nos podemos dar cuenta de la relevancia de dicha teoría que nace dentro de su postura metafísica, que hasta la actualidad ha sido un tema relevante para la resolución de problemas complejos, ya que es una herramienta que nos permite llegar a la raíz de las cosas para poder comprender su origen y pronosticar su fin. Por último, considero esencial mencionar que tanto las causas intrínsecas (Material, Formal) como las extrínsecas representan un reto profundo para su comprensión, pero que sin duda alguna fungen como una herramienta que te ayudan a analizar detalladamente cualquier ente o problemática.

Bibliografía
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