¿Qué papel juega la teoría de la recolección en la paradoja de Menón?
Erick Aparicio ∙ 10 min of lectura

Dentro de la paradoja del Menón la teoría de recolección da cuenta del tipo de actitud que se debería adoptar en la búsqueda del conocimiento. Por medio del juicio continuo, evitando convertir en dogma lo que ya se sabe y poder descubrir lo que no se sabe, dicha postura puede observarse como el origen que da paso a la ciencia, es decir, la obtención de conocimientos que cuentan con una base empírica comprobada que satisfacen de mejor la explicación del comportamiento del mundo y, por tanto, de los fenómenos que nos rodean.
A lo largo de este ensayo abordaré diferentes cuestiones de la postura platónica en la búsqueda del conocimiento, partiendo (i) de dar una breve introducción al diálogo de Menón y la paradoja que expone en cuanto a la adquisición del conocimiento; posteriormente, (ii) explicaré teorías platónicas de metafísica y epistemología, así como referencias del concepto de dialéctica aristotélica; (iii) analizaré los argumentos de la paradoja de Menón; (iv) daré dos contraargumentos, desde la filosofía de Aristóteles, a las respuestas de Platón; e (v) identificaré las debilidades de dichos contraargumentos.
Contexto filosófico del Menón (i)
El Menón es un diálogo de Platón en el que Sócrates (personaje) discute con el hombre por el que el título de la obra lleva su nombre, y buscan la idea perfecta de virtud y cómo los hombres la obtienen. Menón, que se jactaba de conocer la virtud, no llega a una definición apropiada y universal para todo humano. Arrojado a la duda de sus creencias pasadas, Menón lanza la siguiente réplica:
“¿Y qué medio adoptarás, Sócrates, para indagar lo que de ninguna manera conoces? ¿Qué principio te guiará en la indagación de cosas que ignoras absolutamente? Y cuando llegases a encontrar la virtud, ¿no habiéndola nunca conocido?” (Platón, Menón, 80d)
Sócrates responde:
“Comprendo lo que quieres decir, Menón. Mira ahora cuan fecundo en cuestiones es el tema que acabas de sentar. Según él, no es posible al hombre indagar lo que se sabe, y por lo mismo que no tiene necesidad de indagación, ni indagará lo que no se sabe, por la razón de que no sabe lo que ha de indagar.”[1]
En sus diálogos, Platón usa la narrativa para exponer y diagnosticar una serie de problemáticas que se relacionan con el estado de deterioro de la polis[2] Ateniense, y, a su vez, postula teorías filosóficas como una alternativa de solución.
El Menón concluye sin dar una respuesta apropiada de la idea de virtud, sin embargo, se presenta la teoría de recolección, y de dialéctica, ejemplificada por el método socrático como base para la obtención del conocimiento.
Metafísica y epistemología platónicas (ii)
La metafísica de Platón formula la existencia de ideas inmutables que conforman al mundo inteligible. Se puede decir que no hay un cambio real en los objetos del mundo, sólo hay ideas que se mantienen como fijas y universales, a las que se llega en uso de la razón y no dejándonos engañar por los sentidos. El método socrático que utiliza como base el cuestionamiento riguroso y continuo de lo que se cree saber, funge como una llave que puede llevar al camino de las ideas fijas y universales, o las ideas perfectas. A través del cuestionamiento en el diálogo con otros podemos superar el conocimiento anterior.
Por otra parte, la concepción platónica del alma la caracteriza como entidad independiente del cuerpo y que cuenta con tres partes: apetito, que busca la satisfacción de necesidades básicas de supervivencia; espíritu, que busca pasiones; y la racional, que analiza de forma objetiva. Además, el alma es inmortal y al finalizar el tiempo de vida ella conserva todo lo que ha aprendido.
Esta corriente de metafísica parece encontrarse en armonía con las nociones epistemológicas de Platón si la relacionamos con la Alegoría de la Caverna. El relato exhibe el camino a seguir para la obtención del conocimiento: dentro de una caverna un prisionero, inmovilizado por cadenas, se encuentra obligado a mirar fijamente a una pared en la que se reflejan sombras de seres y objetos que se mueven detrás de él y, formándose así la realidad que conoce, trata de darles sentido hasta otorgarles nombres y predecir sus patrones. Al quedar libre de ataduras, debe recorrer una senda ascendente hasta encontrar la salida junto con las ideas perfectas del bien. Se rescata que adquirir conocimiento está lleno de obstáculos que nos obliga a abandonar las creencias pasadas para dilucidar la verdad.
Podemos observar otro punto de conexión entre la metafísica y epistemología de Platón en la Teoría de Recolección. Esta comprende a las almas como inmortales, capaces de conservar los conocimientos adquiridos en vidas anteriores; el hombre, al aprender, lo único que hace es recordar. Accedemos a los recuerdos siendo cuestionados apropiadamente.
Bajo esta práctica, y en uso del método socrático, es como se adquiere la opinión verdadera y, posteriormente, el conocimiento. La opinión verdadera se refiere a la conjetura individual formada por cualquier tema, pero que se vuelve verosímil por medio del análisis racionalizado; mientras que el conocimiento, tiene una mejor aceptación dado que ha sido comprobado como una regla que se cumple en todos los casos, bajo determinadas circunstancias.
Metafísica y epistemología aristotélicas
Aristóteles -el alumno más destacado de La Academia[3]- desarrolló su filosofía refutando las exposiciones de Platón. Las teorías centrales en las que nos enfocaremos versarán sobre su metafísica y epistemología.
El alma, en la concepción aristotélica, ni es inmortal, ni retiene el conocimiento de vidas pasadas. El cuerpo es la representación formal del alma, ya que necesita de él para cumplir su potencialidad[4] de comportamiento. El alma es la capacidad de acción gradual de los seres vivos que se clasifica en características de nutrición (alimentación), percepción (sensible) –movimiento, y racional (entendimiento); es en la última en la que distingue a los humanos de plantas y animales. El alma queda desvinculada de una concepción como entidad etérea que almacena conocimientos, pero que dota al humano de capacidades de percepción sensible y entendimiento del mundo.
La epistemología aristotélica combina el entendimiento racional y empírico. Su trabajo nos dice que debemos de tomar las opiniones mayormente aceptadas de los sabios (endoxa). A través de los sentidos empezamos a explicar los fenómenos que nos rodean y establecemos las creencias que guiarán el comportamiento. A estas opiniones debe aplicarse el razonamiento deductivo, la lógica, para dar explicaciones sin contradecirnos. La dialéctica examina la endoxa, pone a prueba sus postulados y, bajo una óptica deductiva, nos lleva al camino de los primeros principios.
Habremos de concluir esta revisión estableciendo la diferencia entre la opinión y ciencia según Aristóteles. La endoxa, a la que ha de aplicarse la dialéctica, nos da una primera comprensión (intuición) de los fenómenos del mundo material, y en una indagación posterior, debemos buscar el conocimiento por medio de la demostración del funcionamiento de dichos principios hasta llegar a un entendimiento de lo que es necesario e invariante. Se forma así la ciencia.
Deconstrucción de argumentos del Menón (iii)
La paradoja de Menón consta de dos argumentos principales que deconstruiremos con silogismos:
Primer argumento:
- Si se tiene conocimiento de algo entonces será innecesario indagar en lo que ya se sabe.
- Se tiene conocimiento de algo.
- Es innecesario indagar en lo que ya se sabe.
Segundo argumento:
- No se puede indagar en lo que no se sabe, puesto que no se conoce sobre qué se habrá de indagar.
- Hay cosas que no se conocen.
- No se puede indagar sobre dichas cosas que no se conocen.
Sobresale la mecánica circular de los argumentos que hacen mutua referencia convirtiéndose en un círculo vicioso sin respuesta aparente. La solución de Sócrates se basa en su postura dialéctica; deja entre ver que aquellos que ignoran creen tener opiniones verdaderas respecto de lo que ignoran; sólo cuestionando rigurosamente se puede llegar a la opinión verdadera, no dejándose llevar por los sentidos, sino partiendo del pensamiento racional. Se indaga en lo que no se sabe por medio del cuestionamiento razonado, y se llega a la opinión verdadera dudando de lo que se sabe. Además, en el cuestionamiento en realidad no se aprende nada, y sólo se recuerda el conocimiento que se encuentra en el alma inmortal.
Contraargumentos desde la filosofía aristotélica (iv)
La respuesta a la paradoja cuenta con deficiencias en su concepción de búsqueda de conocimiento que no llega a ser ciencia (episteme) ya que descarta el entendimiento que aportan los sentidos; además de un supuesto carácter inmortal del alma que hoy está desacreditado. A continuación, formularé dos argumentos, basándome en la filosofía de Aristóteles, que exponen sus debilidades:
Primer contraargumento:
- Ningún conocimiento será verdadero (episteme) si no se componen por un elemento racional y un elemento empírico.
- El conocimiento de Platón no usa el elemento empírico.
- El conocimiento platónico no es verdadero.
Debemos recordar que la ciencia se logra por medio de la formulación racional inductiva, es decir, poniendo a prueba las hipótesis a las que se llega solo a través del primer entendimiento de los sentidos y que después debe refinarse por medio del pensamiento racional.
Segundo argumento:
- El cuerpo es la representación formal del alma; el alma termina su existencia al morir el cuerpo.
- El cuerpo tiene un tiempo de vida finito.
- No hay evidencia que sustente la separación entre cuerpo y alma.
- El alma no es inmortal.
Más argumentos pueden decirse con potencial para desacreditar la inmortalidad de las almas. Pareciera que aquel sentido de “recordar” puede referirse a la intuición que nace del contacto con el mundo.
Debilidades de los contraargumentos (v)
Si bien la ciencia moderna se debe a la aportación de Aristóteles, en su trabajo no está del todo claro cómo debe darse una explicación de los primeros principios a los que nos referimos como axiomas que no tienen una comprobación adicional que su existencia en el mundo, ya que se encuentran ahí sin cambio alguno hasta ahora, pero que no se sabe si en algún momento podrían ser diferentes.
Por otra parte, Aristóteles establece que no hay ningún órgano de pensamiento. Esto ha sido refutado mediante el estudio a profundidad del cerebro como órgano responsable del procesamiento y razonamiento humano. La incomprensión de su época del funcionamiento del organismo afecta en gran medida el desarrollo de una teoría epistemológica, que no es lo suficientemente robusta para explicar el proceso cognitivo en las etapas de crecimiento del ser humano.
Refiriéndonos a la intuición que se da por la percepción del mundo físico, es claro que debería ser moderada por la razón (atendiendo a la teoría del alma tripartita de Platón), y pareciera que debe prevalecer para prevenir comportamientos que no serían aceptados en nuestra conformación social. En consecuencia, no se puede descreditar por completo el postulado de no dejarnos engañar por los sentidos. Solo a través del pensamiento racional, y no de emociones y sentidos desbordantes, es cómo logramos un mejor modo de vida.
En cuanto a la endoxa, esta puede vincularse con diferentes falacias, como la de autoridad, que viciarían el proceso de búsqueda de las mejores explicaciones.
La reivindicación de la duda
El Menón no cumple el cometido de definir la idea perfecta de la virtud, pero en su camino, parece que logra uno más loable y que se instala como fundamental en el modo de vida del humano a perpetuidad. La dialéctica es condición indispensable para la evolución del pensamiento. El progreso (tecnológico, científico, social, etc.) tiene lugar en el escrutinio riguroso y consistente del conocimiento que se tiene en determinado momento histórico.
La excelencia de Platón se enaltece una vez más incluso cuando se ve refutado, pues podemos acordar la inoperancia de la teoría de recolección y de las almas inmortales, pero es la postura que describe la que es deseable, esa que nos hace abandonar la pereza, esa que nos incentiva a dudar incluso de nosotros (como Sócrates ejemplificó hasta sus últimos días), y que sólo atiende a la verdad racional.
De carácter atemporal y de aplicación universal es la frase que hago mía y que incito a adoptar a cualquiera que lea este ensayo: “Una vida sin explorar no merece ser vivida”.

Bibliografía
Aristóteles, Ética a Nicómaco, Traducido por José L. Calvo, Alianza Editorial, Madrid, 2014
Cartwright, Mark, “Polis”, World History Encyclopedia, traducido por Martin Guzman, 2013, URL= https://www.worldhistory.org/trans/es/1-12026/polis/
Falcon, Andrea, “Aristotle on Causality”, The Stanford Encyclopedia of Philosophy, (Spring 2019 Edition), Edward N. Zalta (ed.), Stable URL= https://plato.stanford.edu/archives/spr2019/entries/aristotle-causality/
Nails, Debra, “Agora, Academy, and the Conduct of Philosophy”, Pg. 213, Ch. 12, Keith Lehrer (ed.) University of Arizona, Tucson, 1995
Platón, “Platón, Obras completas”, Edición de Patricio de Azcárate, Tomo 4, Madrid, 1871.
-, “Libro VII” en República, Editorial Gredos, Madrid, 1992 (Traducción de C. Eggers Lan).
Reeve, C. D. C., Curd, Patricia, Cohen, S. Marc. (2016) “Readings in Ancient Greek Philosophy: From Thales to Aristotle. Fourth Edition”, Aristotle Pg. 683-693. Hackett Publishing Company, Inc. Indianapolis/Cambridge.
Shields, Christopher, “Aristotle”, The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Winter 2016 Edition), Edward N. Zalta (ed.), Stable URL= http://plato.stanford.edu/archives/win2016/entries/aristotle/
Notas
[1] La Academia fue la escuela filosófica fundada por Platón alrededor del 387 a.C. (Nails, Debra , “Agora, Academy, and the Conduct of Philosophy”, Pg. 213, Ch. 12, Keith Lehrer (ed.) University of Arizona, Tucson, 1995).
[2] Para Aristóteles, el cambio es el estado actual de lo que puede ser en potencia. Para cumplir la potencialidad requiere de causas materiales (teoría de las 4 causas) que lo originan. El alma necesita del cuerpo como causa formal y causa eficiente para cumplir su potencialidad (Shields, Christopher, “Aristotle”, The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Winter 2016 Edition), Edward N. Zalta (ed.))
[3] (Platón, Menón, 80e).
[4]Una polis era la estructura típica de una comunidad en el mundo antiguo griego. Una polis consistía de un centro urbano, frecuentemente fortificado y con un centro sagrado construido en una acrópolis natural o un puerto, el cual controlaba un territorio circundante (chora) ((Cartwright, Mark, “Polis”, World History Encyclopedia, traducido por Martin Guzman, 2013, URL = https://www.worldhistory.org/trans/es/1-12026/polis/).

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