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17/10/2025
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  • Yuriko Saito
Etiquetas
  • Arte
  • Estética
  • Estética cotidiana
 

Estética filosófica, del arte a lo cotidiano.

Antonio Santillan∙ 10 minutos de lectura

Introducción

En el presente ensayo entenderemos cómo es que la estética filosófica llegó a ser la rama de la filosofía que se encarga de estudiar la experiencia sensorial del ser humano en el mundo. Vamos a partir del común acuerdo del momento en que se acuñó el nombre “estética”. Este será un ensayo ontológico del campo, no de sus objetos de estudio. Sin embargo, con motivo de la relación histórica que tiene el campo con el arte, sí haremos mención relevante de este, ya que es necesario para entender a fondo la materia.

Para esto vamos a hacer un repaso a lo largo del tiempo de los estudios del tema que considero que dieron pasos importantes con dirección a lo que hoy conocemos como estética filosófica y ayudaron a separar el arte como objeto principal de estudio y hablaremos también de cuál fue la relevancia del arte para dar nacimiento al campo en un proceso de ingeniería inversa.

 

El arte y su relevancia como punto de partida

Con motivo de que este estudio no busca definir lo que es “arte”, entenderemos que al hacer mención de este concepto nos referimos a cualquier significado o valor que se le haya dado dependiendo de su época o contexto sin hacer distinción del nombre que se le haya dado en su momento, por lo cual no vamos a hacer una diferenciación entre “tekné” y “bellas artes” (por poner un par de ejemplos), a no ser que se mencione específicamente algún concepto relacionado.

Ahora bien, se sabe gracias al trabajo y aportaciones de distintos campos de estudio que van desde la arqueología hasta la historia, por nombrar algunos; que el arte ha estado presente y ha evolucionado de la mano del ser humano a lo largo de su desarrollo como especie en el planeta tierra, ya que en prácticamente todas las civilizaciones de las cuales tenemos registro se encuentra esta actividad y ha ido cambiando y reinventándose con la invención de nuevas herramientas, desde dibujos en cuevas hasta los tipos de arte más sofisticados, como la música electrónica contemporánea en la cual se hace uso de toda la tecnología que se tiene al alcance del artista. Y a pesar de esta mutación interminable, no solo a nivel de creación o producción, sino también a nivel conceptual, con diferentes interpretaciones a lo largo de distintos periodos, nunca ha pasado desapercibido y ha tenido cierta relevancia, por lo que podemos decir entonces, que el arte no solamente es una actividad propia de nuestra especie, sino también que su forma evoluciona de la mano con nuestro entendimiento del mundo.

Y es por esto que sucedió de forma natural que fuera el arte lo que sirvió de chispa para comenzar el estudio filosófico de nuestro entendimiento del mundo a través de nuestros sentidos (ya que es mediante los sentidos que experimentamos el arte y en su mayoría de formas son éstos los que buscan ser estimulados con esta actividad. Si tomamos como ejemplo las bellas artes, que son quizás las más conocidas y que han existido con diferentes niveles de variación en el tiempo, todas éstas tienen como fin principal estimular los sentidos), yendo más allá de usar solamente la razón, a como fue costumbre a partir de los griegos antiguos, quienes comenzaron a dudar de lo que percibían los sentidos (justificado en esa época debido a que, por la falta del uso de la razón, estos podrían nublar el entendimiento en lugar de abrirlo). Pero aun a pesar de este contexto, también sabemos que muchos filósofos tuvieron diferentes intereses por el arte o, en su defecto, por aquellos que la practicaban. Por ejemplo podemos remontarnos a Platón y su rechazo a los rapsodas[1] o Aristóteles analizando las tragedias[2] con la excelencia que lo caracterizó, ninguno de ellos logró adentrarse tanto a entender las experiencias estéticas que iremos describiendo a continuación.

 

Baumgarten, la estética, el arte y la belleza

Pues no fue hasta el año 1735 que Alexander Baumgarten acuñó el término “estética” en su trabajo Reflexiones Filosóficas acerca de la poesía. Y si bien este fue un paso importante para el campo, trajo también consigo, de forma indirecta o al menos posiblemente no intencionada, un problema que seguiría por siglos. Dicho problema fue el resultado de cerrar el campo de estudio al relacionar el término estética con el arte y la belleza (estos dos fueron los objetos de estudio en los que se dirigió Baumgarten). Lo cual fue tomado por varios pensadores que le siguieron como si estos dos elementos fueran constitutivos del campo y no como únicamente dos objetos de estudio (siendo Hegel quien más adelante se encargaría de acentuar aún más esta tendencia). Poniendo así al arte y la belleza como objetos principales e incluso llevándolos más allá, convirtiéndo a éstos en aspiraciones estéticas, es decir, que toda experiencia estética debía ser comparada y medida en relación al arte y con intenciones de ser bella.

 

Kant y sus observaciones de lo sublime

Ahora, si bien el punto de partida estaba limitado por las relaciones hechas en el desarrollo del campo, no era más que cuestión de tiempo para que se comenzaran a expandir los horizontes al poner atención a otros elementos que se encontraban alrededor de los antes mencionados. Siendo Immanuel Kant quien, de manera muy acertada, hizo un análisis de lo bello y lo sublime.[3] Poniendo sobre la mesa de estudio con este último el interés en el miedo o terror y dejando como precedente que no solo la belleza es digna de impactar al ser humano en forma que valga la pena ser estudiada.

Sin embargo, no fue esa su aportación más trascendental a mi parecer, sino el hecho de que Kant decidió nombrar y especificar claramente que su trabajo no fue puramente filosófico, como sería posiblemente lo más natural para él y más bien lo definió como una serie de observaciones.

Pero, ¿Por qué fue este su mayor acierto en mi opinión? Porque nos enseña que más allá de analizar cognitivamente lo que percibimos, debemos hacer uso de nuestras capacidades sensoriales, dándonos de esta forma un mayor acercamiento a las experiencias estéticas que hoy tenemos definidas.

 

Friedrich Schiller y el libre juego

Posteriormente Friedrich Schiller, según nos explica Sandra Shapshay,[4] continuaría con la misma inercia de Kant, aunque a su manera (ya que este se enfocó nuevamente en el estudio de la experiencia a través de obras artísticas), pero resaltando un valor intrínseco y una finalidad moral que se tiene como resultado cuando las obras se realizan en un contexto de libre juego. Con lo cual no solo expuso la importancia del arte en la vida humana por su relevancia al estar libre de limitaciones morales, también continuó con la tendencia a quitar limitantes en el campo de estudio de la estética.

No obstante, dicha tendencia tendría también su contraparte con Hegel, quien continuaría aportando a la gravitación hacia un enfoque dirigido más estrictamente hacia el arte, derivado de su propuesta sobre el valor cognitivo que se encuentra en éste. Sin embargo es importante mencionar de igual forma que también hizo un gran aporte al visualizar dicho valor cognitivo del arte, ya que el día de hoy podemos entender éste como el valor cognitivo de las experiencias estéticas en general.

 

Schopenhauer y la suspensión de la voluntad

Por otra parte, Arthur Schopenhauer hizo la propuesta que personalmente considero que es la más interesante hasta el momento y que genera aún más amplitud en el campo de estudio. Ya que anteriormente nos habíamos enfocado principalmente en un aspecto egocéntrico en el cual tratábamos de explicar o entender cuál era nuestro aporte resultado de la actividad o las obras de arte o el significado que puede tener el arte dependiendo de un factor individual (entendiendo esto como si el arte fuera un reflejo únicamente de lo que somos, más allá de lo que la experiencia estética pueda tener por sí sola). Y ahora Schopenhauer nos dice que debemos de suspender nuestra voluntad[5] para entrar en un estado superior de conciencia, quitándonos así de la ecuación y fungiendo únicamente como un sensor, obteniendo de esta manera una experiencia estética pura, sin contaminación de nuestros deseos o intereses, donde la razón deja de ser la protagonista, cambiando el paradigma, semejante a lo que Kant hizo al hacer “observaciones” pero esta vez de una forma aún más explícita.

A pesar de la propuesta de Schopenhauer, en los próximos años surgiría una corriente débil de propuestas que nuevamente volverían a la visión limitada del estudio del arte, con pensadores como Tolstói, Heidegger y Adorno, quienes, a pesar de que realizaron trabajos profundos en el tema, podríamos decir que únicamente realizaron argumentos con una relevancia limitada a su contexto (al estar relacionadas al capitalismo o definiciones de arte basadas en puntos de partida arbitrarios).

 

Yukiro Saito y la estética de lo cotidiano

No sería hasta el trabajo de Yuriko Saito, quien con su propuesta de la estética de lo cotidiano[6] retomaría la labor de explorar nuestra experiencia sensorial en el mundo sin las ataduras de tener forzosamente una actividad u obra artística de intermediaria. Saito no se limitó a solo hacer mención de la importancia de valorar las experiencias estéticas del día a día, sino que también hizo evidente la necesidad de romper por completo la relación del arte con el resto de experiencias estéticas, lo que nos permite admirar por completo a estas últimas sin que tengan que estar a la sombra o un nivel abajo del arte, como si éste fuera aspiracional. Nos muestra que las experiencias estéticas están en todo lo que hacemos y que tienen un gran valor por su cualidad efímera a diferencia de la aparente cualidad inmutable de las obras artísticas que nos hacen pensar que estarán ahí para siempre.

 

Conclusión

Después de este resumen histórico por los pasos más importantes dados en el estudio de la experiencia estética, podemos concluir que si bien el arte fue de suma importancia como chispa inicial para generar un interés y desarrollo del estudio racional de nuestra experiencia sensorial, era también necesario que una vez madurando el campo lográramos llegar a la ruptura de la asociación de exclusividad y abrir nuestro interés a un estudio que nos permite explorar la experiencia estética en su potencial completo sin limitarlo a una idea concreta. Con lo cual surgen nuevas preguntas y nuevas fronteras, pues ahora ya no solo usamos la razón, sino que estamos comenzando a entender la importancia de nuestras capacidades sensoriales y cómo éstas son parte indispensable de nuestro desarrollo como especie y del papel que tienen en el entendimiento que tenemos del mundo, como nos relacionamos con lo que está fuera de nuestra conciencia y que nos permite crear nuevas realidades.

Notas

[1] Platón, Diálogos I (Madrid: Editorial Gredos, 2019).

[2] Aristóteles, Poética : Magna Moralia (Madrid: Editorial Gredos, 2020).

[3] Immanuel Kant, Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime (México: Fondo de cultura económica, 2011).

[4] Sandra Shapshay, Stephanie Ross, Steven M Cahn, Aesthetics: A comprehensive anthology (New Jersey: Wiley-Blackwell, 2020).

[5] Arthur Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación (Madrid: Ediciones Akal, 2005).

[6] Yuriko Saito, Everyday Aesthetics (Oxford: Oxford University Press, 2010).

Bibliografía

Platón. Diálogos I. Traducción de Julio Calonge Ruiz, Em Lledó Íñigo. Madrid: Editorial Gredos. 2019.
Aristóteles. Poética : Magna Moralia. Traducción de Teresa Martinez Manzano, Martinez D. Madrid: Editorial Gredos. 2020.
Kant, Immanuel. Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime. Traducción de Peter Storandt. México: Fondo de cultura económica. 2011.
Kristeller, Paul Oskar. El sistema moderno de las artes. Traducción de Mateus Bolson Ruzzarin y Eliot Zea Alvarado. 2022.
Shapshay Sandra, Ross Stephanie, M Cahn Steven. Aesthetics: A comprehesive anthology. New Jersey: Wiley-Blackwell. 2020.
Schopenhauer, Arthur. El mundo como voluntad y representación. Traducción por Montserrat Armas Concepción, Rafael José Díaz Fernández, Joaquin Chamorro Mielke. Madrid: Ediciones Akal. 2005.
Saito, Yuriko. Everyday Aesthetics. Oxford: Oxford University P

 

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