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19/05/2025
Categorías
  • Derek Parfit
Etiquetas
  • Conclusión Repugnante
 

Calidad sobre cantidad, para una conclusión no tan repugnante

Jean Michael Marchegiani ∙ 10 minutos de lectura

En este ensayo abordaré la que pienso que es la mejor respuesta a la conclusión repugnante de Derek Parfit, la cual cuestiona la manera en la que se entiende el “bien”, comentando que un “bien” que prioriza la calidad sobre la cantidad puede ser preferible a un “bien” que prioriza la cantidad sobre calidad.

Empezaré este ensayo explicando algunos conceptos claves que nos ayudarán a entender mejor el tema; además hablaré un poco sobre quién es Derek Parfit para comprender mejor el contexto de la conclusión repugnante. Después procederé a explicar, comentar y profundizar en la que posiblemente sea la mejor respuesta; ofreceré dos contraargumentos y sus debilidades y, por último, discutiré la importancia del tema.

La ética es el campo de la filosofía que consiste en sistematizar, defender y recomendar conceptos de comportamientos correctos e incorrectos.[1] A su vez, el campo de la ética tiene sus subcampos, y dos de estos, son la ética aplicada, que es la rama de la ética que consiste en el análisis de cuestionamientos morales concretos y controversiales (como el aborto, los derechos de los animales o la eutanasia) y la ética normativa, que implica llegar a normas morales que regulen la conducta correcta e incorrecta.[2]

El objetivo de la ética normativa es encontrar una serie de normas idóneas desde las cuales un agente moral llegaría al comportamiento correcto. A través de la historia han surgido varias corrientes para conseguir este cometido y una de estas corrientes es el consecuencialismo (en el cual nos enfocaremos en este ensayo), que busca actuar con base en las consecuencias que ocasiona el acto y no se centra en el acto en sí.

La rama más famosa del consecuencialismo es el utilitarismo, el cual busca que el resultado de una acción sea el que ocasione un mayor bien en general. Es importante resaltar que, a diferencia de la ética egoísta y la ética altruista (la primera busca el mayor bien del agente moral que actúa y la segunda el mayor bien para los demás), el utilitarismo busca el mayor bien para todos en general.

También otro concepto que mencionaré será el de la ética de la población, esta pertenece al subcampo de la ética aplicada, la cual indaga sobre los temas éticos referidos a la población, temas como lo son la natalidad, el bienestar y el tamaño de la misma.

Con esta concreta explicación del utilitarismo y la ética poblacional, a continuación hablaré sobre Derek Parfit, autor de la conclusión repugnante.

Derek Parfit (1942-2017) fue un historiador y filósofo inglés nacido en Chengdu, China, graduado en Historia Moderna en Balliol College, Oxford, obtuvo la distinción de “Fellow” en All Souls College, Oxford, y fue reconocido por sus libros Reasons and Persons y On What Matters, además por la introducción de conceptos y experimentos mentales, algunos de estos incluyen: la "Repugnant conclusion", que aborda las implicaciones del utilitarismo y el bienestar en la ética de la población, el "Nonidentity problem”, que explora cómo nuestras acciones pueden afectar a las futuras generaciones y la "Triple theory", que es un intento de unificar el utilitarismo, la ética de Kant y el contractualismo.[3]

Ahora, procederé a hablar sobre la conclusión repugnante, la cual es un experimento mental que trata de demostrar que, si se prefiriera el utilitarismo sobre cualquier otra rama de la ética normativa, podría llevarnos a una sociedad donde la calidad de vida sea baja y por lo tanto no sea preferible, Derek Parfit dice lo siguiente:

"Para cualquier población posible de al menos diez mil millones de personas, todas ellas con una calidad de vida muy alta, debe haber alguna población imaginable mucho mayor cuya existencia, si las demás cosas son iguales, sería mejor, aunque sus miembros tengan vidas que apenas merezcan ser vividas".[4]

Por ejemplo, imaginemos una supuesta escala de puntuación que midiera la calidad de bienestar en una población y que cualquier punto mayor a 0 significara que hay cierta calidad de vida preferible a 0 y, a su vez, mientras más puntos, mayor sería el nivel de calidad de vida con el que cuentan los individuos de dicha población. Teniendo esto en cuenta, imaginemos ahora un mundo al cual llamaremos “A” con 10 millardos de personas, cada una de estas con una calidad de vida de 100 puntos y también imaginemos otro mundo llamado “A+” con una población de 20 millardos de personas de la cuales, 10 millardos tienen una calidad de vida de 100 puntos y los otros 10 millardos de personas tienen una calidad de vida de 80 puntos. De acuerdo con el experimento, sería mejor el mundo A+ que el mundo A, ya que además de que el mundo A+ tiene la misma cantidad de personas con una calidad de vida de 100 puntos como en el mundo A, cuenta con otros 10 millardos de personas adicionales con una calidad de vida de 80 puntos y esto significaría que habría más personas con una buena calidad de vida así sea que la mitad de estas personas tengan 100 puntos y la otra mitad 80 puntos, y siguiendo el utilitarismo, esto es preferible.

Ahora imaginemos otro mundo llamado “B” que cuenta con 20 millardos de personas y que cada una de estas cuentan con una media de calidad de vida de 91 puntos; este mundo B sería preferible al mundo A+ pues este cuenta con una media de calidad de vida de 90 puntos al ser el promedio que da la suma de las diez millardos de personas con una calidad de vida de 100 puntos y las otras diez millardos de persona con una calidad de vida de 80 puntos, en cambio el mundo B al tener la misma cantidad de personas, pero que cuentan con una media de calidad de vida de 91 puntos, supondría que el mundo B sea preferible al mundo A+ e ipso facto al mundo A, y este experimento podría seguir aplicándose igual con otros mundos: “B+”, “C”, “C+”... hasta que lleguemos a un mundo “Z”, en donde haya muchas más personas, pero con una calidad de vida apenas superior a 0, aun así, este mundo Z sería preferible al mundo A ya que habría más personas disfrutando de cierta calidad de vida, así sea que estas cuenten con una calidad de vida apenas notable en comparación al mundo A, que cuentan con una muy buena calidad de vida, pero con menos personas.

Esta conclusión nos puede parecer repugnante (de ahí viene el nombre del experimento), ya que es difícil de aceptar que, siguiendo el utilitarismo, prefiramos más cantidad de gente con apenas cierta calidad de vida que a poca gente con una calidad de vida excepcional.

Han habido varias respuestas para tratar de lidiar con la conclusión repugnante. Algunos rechazan el aspecto utilitarista intrínseco del experimento mental, lo cual me parece que va en contra de la premisa del experimento en sí; otros rechazan la transitividad lógica del experimento aludiendo a que ciertos mundos sean mejores que otros, lo cual pienso que se sale del esquema del experimento y de la comparativa en la ética poblacional; por otra parte también hay quienes aceptan la imposibilidad satisfactoria de una ética poblacional, así como meramente aceptan la conclusión repugnante.[5]

Pienso que la mejor respuesta a la conclusión repugnante, es la de cuestionar la manera en la que comparamos y medimos la calidad de vida.[6] La conclusión repugnante trata el valor del “bien” de forma aditiva, asumiendo que por cualquier número de puntos de calidad de vida que se obtenga en una población, este puede ser superado por otra población con un número mayor de gente sin importar sus puntos de calidad de vida mientras supere a 0; pero si entendemos por “bien” un cierto nivel de valor en la calidad de vida en vez de un “bien” basado en un coste de baja calidad de vida, el valor de un mundo por otro cambiaría, ya que por finalidad utilitarista podemos apuntar a un “bien” en el cual cierto nivel de bienestar es un mayor “bien” a diferencia de uno básico y crudo.

Considero que es preferible que haya menos gente con una buena calidad de vida que mucha gente con una calidad de vida apenas superior a 0, pues el nivel de felicidad del mundo en donde haya menos gente será mayor para los individuos que en el de mayor cantidad de habitantes, y pienso que en un mundo en el que los individuos tengan un mayor nivel de felicidad y calidad de vida, estos gozarían de un “bien” más deseable a diferencia de un mundo que tenga por mayor “bien” la cantidad sobre la calidad. Una formulación lógica podría ser:

P1. Sí entendemos como un mayor “bien” algo diferente al “bien” que se plantea en la conclusión repugnante, entonces rechazamos la conclusión repugnante.
P2. Entendemos por el mayor “bien” la calidad sobre la cantidad.
C. Por lo tanto rechazamos la conclusión repugnante.

Un contraargumento pudiera ser el de Jesper Ryberg en su artículo “Parfit’s Repugnant Conclusion”.[7] En el cual dice que, aunque la idea de que cierto entendimiento de “bien” pueda rechazar la conclusión repugnante, esta podría seguir siendo relevante con ciertas modificaciones, por ejemplo, muchos días de baja calidad pueden superar a unos pocos de buena calidad. Creo que este contraargumento tiene varias debilidades, una seria simplemente que, al modificar el experimento, este ya no seguiría siendo el mismo al que se analizó; otra debilidad es que se sigue exaltando el valor de un “bien” basado en cantidad sobre calidad que se argumentó en la respuesta.

Otro contraargumento podría ser uno del mismo Derek Parfit[8] el cual dice que, aunque se tome como superior el concepto del “bien” como calidad sobre cantidad, esto también podría ocasionar un resultado no deseable, si la diferencia de calidad de vida entre un día y otro es mínima, como si la única diferencia fuese un pinchazo en el dedo, esto podría ocasionar que se prefiera menos los días de un pinchazo en el dedo así estos sean más, a pocos días con una diferencia de calidad apenas notable. Entre las debilidades que le encuentro a este contraargumento, una sería que es un ejemplo exagerado, ya que esta diferencia es tan mínima que no supone una importancia significativa ni apegada a la realidad, el concepto de “bien” de calidad no deja de ser preferible cuando hay un nivel significativamente importante en estas diferencias de calidad; otra debilidad es que, aunque este ejemplo pudiera señalar incomodidades con un concepto del “bien” basado en calidad, este seguiría siendo preferible en situaciones con una mayor diferencia de puntos que un “bien” que le dé más importancia a la cantidad (el de la conclusión repugnante).

Como hemos podido ver, pienso que la mejor respuesta para la conclusión repugnante es el cuestionamiento a la manera en la que comparamos y medimos la calidad de vida, pues en muchos casos, como el que se plantea en la conclusión repugnante, es mejor un “bien” basado en calidad y no en cantidad. Considero que este experimento mental es muy importante para poder conocernos mejor como sociedad, así como tener en cuenta posibles intereses para saber a dónde apuntar y mejorar como habitantes de nuestro mundo.

En este ensayo, luego de explicar algunos conceptos claves para tener un mejor contexto, he contestado por qué pienso que la mejor respuesta a la conclusión repugnante es el cuestionamiento a la manera en la que comparamos y medimos el “bien” mayor, abogando por una valoración del “bien” con base en la calidad y no en la cantidad, así como analicé dos contraargumentos con sus posibles debilidades, para luego terminar comentando y resaltando la importancia de este tema, ya que mientras más entendidos seamos sobre lo que queremos lograr como sociedad, más claro sabremos cuál es el camino adecuado para conseguirlo.

 



Notas

[1] Fieser, J. (s.f.). Ethics. Recuperado de https://www.iep.utm.edu/ethics

[2] Fieser, J. (s.f.). Ethics. Recuperado de https://www.iep.utm.edu/ethics

[3] MacFarquhar, L. (2011). How to be good. Recuperado de https://www.newyorker.com/magazine/2011/08/29/how-to-be-good

[4] Parfit, D. (1984). Reasons and persons. Oxford: Clarendon Press.

[5]Arrhenius, G., Ryberg, J., & Tännsjö, T. (2024). The repugnant conclusion. Recuperado de https://plato.stanford.edu/archives/win2024/entries/repugnant-conclusion

[6] Arrhenius, G., Ryberg, J., & Tännsjö, T. (2024). The repugnant conclusion. Recuperado de https://plato.stanford.edu/archives/win2024/entries/repugnant-conclusion

[7] Ryberg, J. (1996). Parfit’s repugnant conclusion. Recuperado de https://www.jstor.org/stable/2220175

[8] Arrhenius, G., Ryberg, J., & Tännsjö, T. (2024). The repugnant conclusion. Recuperado de https://plato.stanford.edu/archives/win2024/entries/repugnant-conclusion



Bibliografía

Arrhenius, G., Ryberg, J., & Tännsjö, T. (2024). The repugnant conclusion. The Stanford Encyclopedia of Philosophy (W. 2024). Edward N. Zalta & Uri Nodelman (Eds.). Recuperado de https://plato.stanford.edu/archives/win2024/entries/repugnant-conclusion

Fieser, J. (s.f.). Ethics. Internet Encyclopedia of Philosophy. Recuperado de https://www.iep.utm.edu/ethics

MacFarquhar, L. (2011, agosto 29). How to be good. The New Yorker. Recuperado de https://www.newyorker.com/magazine/2011/08/29/how-to-be-good

Parfit, D. (1984). Reasons and persons. Oxford: Clarendon Press.

Ryberg, J. (1996). Parfit’s repugnant conclusion. The Philosophical Quarterly. Recuperado de https://www.jstor.org/stable/2220175

 

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